Nuestra mente nos engaña. Los 10 sesgos cognitivos más habituales

¿Alguna vez has tomado una decisión que más tarde te arrepentiste de haber tomado? ¿Te has preguntado por qué a veces juzgamos a otras personas o situaciones de manera injusta o errónea? A menudo, nos gusta pensar que somos racionales y objetivos en nuestras decisiones y juicios, pero en realidad, nuestra mente puede engañarnos de muchas maneras, y esto se debe a los sesgos cognitivos.
Los sesgos cognitivos son patrones de pensamiento que pueden afectar nuestras decisiones y percepciones de la realidad. Estos sesgos son distorsiones en la forma en que procesamos la información y pueden afectar nuestra percepción, nuestra memoria, nuestra atención y nuestro razonamiento. Estos patrones a menudo ocurren sin que nos demos cuenta y pueden llevarnos a tomar decisiones equivocadas o tener prejuicios.
Los sesgos cognitivos pueden ser conscientes o inconscientes, y pueden ser causados por una variedad de factores, como la cultura, la educación, las experiencias pasadas, la emoción y la personalidad. Algunos ejemplos comunes de sesgos cognitivos incluyen la confirmación de la hipótesis (tendencia a buscar información que confirme nuestras creencias preexistentes), la falacia del jugador (creencia de que los resultados pasados pueden influir en los resultados futuros), y la falacia del costo hundido (tendencia a seguir invirtiendo en una actividad o proyecto, aunque ya se haya demostrado que es poco rentable).
A continuación, te presento una lista de 10 de los sesgos cognitivos más habituales:
- Sesgo de confirmación: La tendencia a buscar, interpretar y recordar información de una manera que confirma nuestras creencias y prejuicios preexistentes.
- Sesgo de disponibilidad: La tendencia a dar más peso a la información que es más fácilmente accesible o memorable, en lugar de la información que es más relevante o precisa.
- Sesgo de anclaje: La tendencia a depender demasiado de la primera información que recibimos al tomar una decisión, a menudo sin considerar suficientemente otras opciones.
- Sesgo de proyección: La tendencia a asumir que otros tienen las mismas creencias, valores y motivaciones que uno mismo.
- Sesgo de retrospectiva: La tendencia a recordar eventos pasados de una manera que los hace parecer más predecibles de lo que eran en realidad.
- Sesgo de auto-servicio: La tendencia a atribuir nuestros éxitos a factores internos como la habilidad y nuestros fracasos a factores externos como la suerte o la situación.
- Sesgo de la negatividad: La tendencia a dar más peso a la información negativa que a la información positiva al tomar decisiones.
- Sesgo de grupo: La tendencia a conformarnos con las opiniones y decisiones del grupo, incluso si no están respaldadas por datos o hechos.
- Sesgo de optimismo: La tendencia a ser demasiado optimista en nuestra evaluación de eventos futuros y subestimar los riesgos potenciales.
- Efecto de halo: La tendencia a extrapolar nuestra evaluación de una característica o comportamiento positivo o negativo de una persona a todas las demás características o comportamientos de esa persona.
Es importante tener en cuenta que estos son solo algunos ejemplos de sesgos cognitivos y que hay muchos más que pueden afectar nuestra toma de decisiones y percepciones de la realidad.
Entonces, ¿Cómo podemos evitar estos sesgos cognitivos? Una manera es ser conscientes de ellos y cuestionar nuestras propias decisiones y juicios. También podemos tratar de ver la situación desde diferentes perspectivas y considerar toda la información disponible. Además, es útil escuchar y considerar las opiniones de otras personas que tienen diferentes puntos de vista. La introspección y la autoevaluación pueden ayudar a identificar los sesgos cognitivos personales, y la búsqueda de diferentes perspectivas y opiniones puede ayudar a contrarrestar los sesgos cognitivos que pueden surgir en un grupo o equipo.
En resumen, nuestra mente puede engañarnos de muchas maneras debido a los sesgos cognitivos. Ser conscientes de estos patrones de pensamiento y cuestionar nuestras decisiones y juicios puede ayudarnos a evitar tomar decisiones equivocadas y tener prejuicios injustos.
Imagen: Engin Akyurt en Unsplash